Miranda y Plombir, dos belugas rescatadas de la guerra en Ucrania, han encontrado un refugio seguro en el Oceanogràfic de Valencia. Tras un traslado de animales complejo y peligroso que duró 30 horas, estas criaturas marinas ahora viven lejos del conflicto. Este rescate, que involucró a especialistas de diversos países, representa un hito en la protección animal. La comunidad internacional celebra su llegada, destacando la importancia de la cooperación global para salvar vidas.
El rescate: una operación internacional de 30 horas
Desde el corazón de Ucrania, específicamente desde el acuario Nemo en Jarkov, Miranda y Plombir iniciaron su arduo viaje hacia la seguridad. La operación de rescate de estas belugas, afectadas por la guerra, se extendió por más de 30 horas, implicando a un equipo internacional de 100 personas. Entre ellos, destacaron especialistas en mamíferos provenientes de instituciones de renombre como los acuarios de Georgia y SeaWorld en Estados Unidos.
Este rescate, realizado bajo condiciones de peligro extremo, no solo demostró la valentía y la dedicación de los involucrados, sino también la eficacia de la cooperación internacional. El presidente de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, subrayó el significado de este evento al dar las gracias a todos los que contribuyeron a esta complicada pero exitosa misión.
Un hito histórico en la protección animal.
La llegada a Valencia: un nuevo hogar para Miranda y Plombir
La noche del 18 de junio marcó un antes y un después para Miranda y Plombir al llegar a su nuevo hogar en el Oceanogràfic de Valencia. La bienvenida oficial fue presidida por Carlos Mazón, quien expresó su orgullo por ofrecer un refugio seguro a estas dos belugas. Las nuevas instalaciones están específicamente diseñadas para atender sus necesidades y promover su bienestar.
A pesar de sus salud delicada a su llegada, ambos cetáceos están ahora bajo la supervisión de los mejores expertos en mamíferos marinos. El cuidado meticuloso y los cuidados especializados que reciben son testimonio del compromiso del acuario con la preservación y el cuidado animal. El presidente valenciano destacó este esfuerzo como un ejemplo admirable de dedicación y responsabilidad hacia la vida marina.
Un hito en la protección animal y la cooperación global
La historia de Miranda y Plombir es un claro ejemplo de cooperación global que trasciende fronteras y conflictos. Este rescate histórico no solo salvó a dos vidas inocentes, sino que también puso de manifiesto la importancia de trabajar juntos para enfrentar desafíos globales. La colaboración entre acuarios de diferentes países ha demostrado ser fundamental para el éxito de tales misiones.
Los equipos internacionales, incluyendo cuidadores, veterinarios y biólogos, han establecido nuevos estándares en la protección de cetáceos. Este evento no solo es un logro para el Oceanogràfic de Valencia, sino que también es un emblema de lo que se puede lograr cuando la humanidad se une por una causa común. La protección animal y el bienestar de los seres vivos deben ser siempre una prioridad global.