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Xavier Bautista

Cómo el calor y los medicamentos afectan a los más vulnerables en verano

Con la llegada del verano, las altas temperaturas pueden convertirse en un enemigo silencioso, especialmente para aquellos con condiciones de salud preexistentes. Las personas mayores, los pacientes con enfermedades crónicas y quienes toman ciertos medicamentos están en una situación de especial vulnerabilidad. Mantenerse hidratado y conservar adecuadamente los medicamentos son acciones vitales. Según la SEFH, los efectos del calor pueden agravar complicaciones como la deshidratación y la descompensación de enfermedades crónicas. Una combinación peligrosa que requiere atención y cuidado extremos.

Impacto del calor en personas con enfermedades crónicas

El calor y la salud están estrechamente relacionados, especialmente durante el verano, cuando las temperaturas elevadas pueden provocar serias complicaciones de salud en personas con enfermedades crónicas. Estos pacientes vulnerables, como los que padecen de diabetes o problemas cardiovasculares, pueden sufrir descompensaciones críticas debido a la incapacidad de su cuerpo para gestionar el estrés térmico adecuadamente.

La deshidratación es uno de los riesgos más significativos durante esta época del año, ya que puede alterar el equilibrio electrolítico y exacerbar condiciones preexistentes. Por lo tanto, es vital que tanto pacientes como cuidadores estén alerta a los signos de deshidratación y tomen medidas preventivas, como aumentar la ingesta de líquidos y permanecer en ambientes frescos tanto como sea posible.

Medicamentos que aumentan el riesgo en verano

Algunos medicamentos pueden incrementar considerablemente los riesgos asociados al calor. Por ejemplo, los diuréticos y los antiinflamatorios no esteroideos pueden afectar la función renal y la capacidad del cuerpo para mantenerse hidratado. Los neurolépticos y ciertos antidepresivos alteran la termorregulación central, lo que puede dificultar la capacidad del cuerpo para enfriarse eficazmente.

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Beta-bloqueantes y hipotensores, por otro lado, pueden alterar la respuesta cardiovascular al calor. Estas interacciones pueden ser peligrosas, especialmente para aquellos con enfermedades crónicas. Es recomendable que los profesionales de la salud revisen las medicaciones de sus pacientes durante los meses más calurosos y ajusten las dosis si es necesario.

La deshidratación puede hacer que los medicamentos se acumulen en el cuerpo, causando intoxicaciones.

Consejos para la correcta conservación y uso de medicamentos

La conservación de medicamentos es fundamental para asegurar su efectividad y seguridad. Durante el verano, es vital no romper la cadena del frío para aquellos medicamentos que requieren refrigeración. Transportar estos productos en bolsas isotérmicas con placas de hielo puede prevenir la degradación del medicamento.

Por otra parte, la guía online de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) ofrece recomendaciones detalladas sobre cómo los diferentes medicamentos interactúan con el calor. Seguir estas recomendaciones médicas y consultar a un farmacéutico puede ayudar a prevenir incidentes que podrían comprometer la salud del paciente.

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