En el Festival de Venecia, el reconocido actor Antonio Banderas ha alzado la voz contra la autocensura en el cine actual. Denuncia que lo políticamente correcto ha restringido la creatividad y la libertad artística. Banderas lamenta que muchas de las películas con las que solía competir ahora serían impensables. Su participación en «Babygirl» de Halina Reijn, un thriller erótico, refleja su compromiso con un arte libre de restricciones.
La denuncia de Banderas sobre el cine políticamente correcto
Durante la 81ª edición del Festival de Cine de Venecia, Antonio Banderas ha expresado su preocupación por cómo el cine políticamente correcto ha evolucionado hacia una forma de autocensura. Recordó tiempos pasados cuando las películas que presentaba en festivales internacionales, hoy serían objeto de duras críticas por no ajustarse a los estándares actuales.
«Solía venir a estos festivales con películas que ahora no se podrían hacer», lamentó Banderas, destacando cómo la censura interna limita la creatividad y la expresión artística. La industria del cine, según él, debería ser un espacio de libertad expresiva más allá de las restricciones impuestas por lo que se considera aceptable o no.
Babygirl: el thriller erótico que desafía los límites
Babygirl, una narrativa audaz que explora los deseos y el poder femenino.
En el mismo festival, se presentó Babygirl, un thriller erótico dirigido por Halina Reijn, que cuenta la historia de una poderosa empresaria y sus exploraciones en el terreno del sadomasoquismo. Nicole Kidman, protagonista del film, ofrece una actuación que desafía las normas convencionales sobre el deseo femenino y el poder.
Este film no solo entretiene, sino que también invita a la audiencia a cuestionar y reflexionar sobre los límites autoimpuestos y las dinámicas de poder en las relaciones modernas. Se convierte en un espejo que refleja las complicaciones y la dualidad de la liberación personal en contraste con las expectativas sociales.
Nicole Kidman y su experiencia liberadora en el rodaje
Nicole Kidman compartió cómo su rol como protagonista en Babygirl fue una experiencia profundamente liberadora. Durante el rodaje, se sintió protegida y apoyada, lo cual le permitió explorar aspectos complejos de su personaje con seguridad y profundidad emocional.
«Me sentí muy cuidada», enfatizó Kidman, resaltando la importancia de un ambiente de trabajo seguro, especialmente en producciones que abordan temas tan delicados como la dominación y el consentimiento. Este entorno permitió que todo el equipo se moviera con confianza y abriera nuevas conversaciones sobre la sexualidad y el poder femenino.
Un análisis sobre la masculinidad y la crisis existencial
La directora Halina Reijn no solo se enfoca en la feminidad y el poder, sino que también ofrece un incisivo análisis sobre la masculinidad y cómo se interpreta en la sociedad actual. La película destaca las tensiones entre las generaciones y cómo estas pueden aprender unas de otras respecto a temas complejos como el deseo y la identidad personal.
Reijn describe su obra como un tributo al amor propio y la aceptación de todas las facetas del ser. «¿Cómo puedo amarme a mí mismo en todas mis facetas?», es una pregunta central que la película plantea, invitando al público a reflexionar sobre su propia crisis existencial y las presiones sociales que modelan nuestros comportamientos y deseos.
