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Xavier Bautista

Tragedia en Irán: parálisis y disparos policiales por incumplir el código del hiyab

Una mujer de 31 años, madre de dos hijos, ha quedado paralítica en Irán tras ser tiroteada por la policía mientras conducía su coche. Arezou Badri fue víctima de un disparo en la espalda al no detenerse ante una orden policial, en el marco de la estricta ley del hiyab. Este incidente subraya la creciente tensión en un país donde las fuerzas de seguridad aplican con mano dura el código del velo islámico, dejando a la sociedad conmocionada.

El incidente que conmociona al mundo

El 22 de julio, Arezou Badri, una mujer iraní de 31 años, se convirtió en el centro de un trágico incidente mientras conducía su coche en la ciudad de Nour. La policía, al percatarse de que Badri no llevaba el hiyab y tenía una orden de confiscación de vehículo por incumplir la ley del velo, intentó detenerla. Al no acatar la orden de alto, la policía disparó primero a los neumáticos y luego directamente a ella, impactándole en la espalda.

Este acto de violencia resultó en heridas severas que dañaron los pulmones y la médula espinal de Badri, dejándola paralizada. Los médicos, tras diez días de intervenciones, lograron extraer la bala, pero la incertidumbre sobre si su condición será temporal o permanente aún persiste. Este caso ha resaltado la extrema severidad con la que se aplica el código del hiyab en el país, provocando una ola de indignación global.

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Contexto y repercusiones sociales

La muerte de Mahsa Amini en septiembre de 2022 fue el catalizador de protestas masivas en Irán, exigiendo el fin de las restricciones impuestas a las mujeres.

Desde el fallecimiento de Mahsa Amini, quien murió bajo custodia policial por supuestamente llevar incorrectamente el hiyab, Irán ha sido escenario de protestas continuas. Estas manifestaciones no solo demandan justicia por Amini, sino también una reforma significativa en los derechos de las mujeres y mayores libertades sociales. A pesar de la brutal represión que ha dejado un saldo de alrededor de 500 muertos, el movimiento de resistencia sigue activo.

El incidente de Badri, lejos de ser un caso aislado, es reflejo de la tensión constante entre los ciudadanos y las autoridades sobre la imposición del hiyab. Este caso particular ha renovado el debate sobre la libertad personal y la represión estatal, evidenciando una vez más la urgencia de un cambio en la política y sociedad iraníes.

La situación actual y las medidas de seguridad

Actualmente, Arezou Badri se encuentra recibiendo tratamiento en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital Valiasr en Teherán. Las condiciones bajo las cuales se encuentra son extremadamente restrictivas. La policía ha impuesto severas medidas de seguridad, limitando las visitas de la familia a unos pocos minutos y confiscando todos los dispositivos móviles para evitar la difusión de imágenes.

Este alto nivel de seguridad no solo muestra la gravedad del estado de Badri, sino también el potencial impacto político y social que su caso podría tener. Aunque algunas imágenes de ella en el hospital han logrado circular en las redes sociales, estas han sido rápidamente censuradas. Este control estricto refleja el temor de las autoridades ante la posible escalada de protestas y descontento social.

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