En nuestras actividades cotidianas, el uso de dispositivos electrónicos es casi inevitable. Esta constante exposición ha generado inquietudes sobre cómo afecta la luz azul a nuestra salud ocular. Para contrarrestar posibles daños, muchos recurren a gafas con filtro. Sin embargo, ante la omnipresencia de las pantallas digitales, surge la duda: ¿es una medida necesaria o solo una estrategia comercial? Mientras algunos aseguran que estas gafas ayudan a reducir la fatiga visual, otros cuestionan su eficacia real.
La verdadera causa del cansancio visual frente a las pantallas
Muchas personas asocian la fatiga ocular únicamente al tiempo prolongado frente a dispositivos electrónicos, pero no es solo la pantalla la que provoca molestias. Según la bióloga Conchi Lillo, el verdadero origen del problema está en el síndrome del informático, que engloba síntomas como sequedad ocular, visión borrosa y dolores de cabeza. Estos síntomas aparecen debido a factores como el parpadeo insuficiente, causado por la fijación prolongada en la pantalla, y una distancia de visualización incorrecta que puede forzar la acomodación del ojo. Además, la iluminación ambiental inadecuada y la postura corporal deficiente también contribuyen a este malestar.
Para prevenir y aliviar estos síntomas, es recomendable adoptar hábitos saludables al usar dispositivos electrónicos. Por ejemplo, ajustar la distancia entre los ojos y la pantalla para que esté entre 50 y 70 centímetros ayuda a reducir la fatiga visual. Parpadear con frecuencia mantiene los ojos lubricados, ya que tendemos a parpadear menos al fijar la mirada en una pantalla. También es beneficioso hacer pausas regulares para descansar la vista, siguiendo la regla 20-20-20: cada 20 minutos, mirar algo a 6 metros de distancia durante 20 segundos.
¿Son efectivas las gafas de luz azul o solo mercadotecnia?
En los últimos años, las gafas de luz azul se han promocionado como una solución para reducir la fatiga ocular y mejorar el sueño. Estas gafas prometen filtrar la luz azul emitida por las pantallas, pero su eficacia cuestionada ha generado debates entre los expertos. Algunos estudios sugieren que la luz azul no es la principal causante del cansancio visual, y que otros factores, como el tiempo de exposición y la postura, tienen más impacto. Por otra parte, invertir en estas gafas puede ser costoso sin asegurar resultados significativos. Incluso, algunas personas no notan ninguna mejoría tras usarlas, lo que sugiere que su efectividad puede variar de una persona a otra.
En lugar de depender de accesorios como las gafas, ajustar el brillo de pantalla y activar los modos nocturnos o filtros de luz azul integrados en los dispositivos puede ser una alternativa efectiva y gratuita. Estas opciones reducen la cantidad de luz azul emitida sin necesidad de comprar productos adicionales. Por otro lado, mantener una rutina de sueño consistente y limitar el uso de pantallas antes de dormir ayuda a regular el ciclo circadiano, mejorando la calidad del sueño sin necesidad de gafas especiales.