El presidente ruso Vladímir Putin ha declarado que Rusia comenzará la producción de misiles de corto y medio alcance, una medida que reaviva las tensiones de la carrera armamentística con Estados Unidos. Esto se produce tras el fin del Tratado INF, un acuerdo de desarme nuclear firmado en 1987 por Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov para la eliminación de estos misiles. Las acusaciones de violación del tratado por ambas partes han deteriorado la confianza mutua, llevando a una respuesta estratégica por parte de Moscú.
El fin del Tratado INF y sus implicaciones
En 1987, los líderes Ronald Reagan y Mijaíl Gorbachov firmaron el Tratado INF, un acuerdo significativo para la eliminación de misiles nucleares y convencionales de corto y medio alcance. Este tratado marcó un precedente en la historia de la desmilitarización global, estableciendo límites de entre 500 y 5.500 kilómetros para la posesión de este tipo de armamento. Sin embargo, en 2019, Estados Unidos se retiró del acuerdo, argumentando incumplimientos por parte de Rusia, lo que llevó a Moscú a suspender su aplicación.
La disolución de este pacto abrió las puertas a una posible reanudación de la carrera armamentística entre las dos superpotencias. La ausencia del Tratado INF elimina un marco crítico que había mantenido en jaque la proliferación de misiles de alcance intermedio en territorios clave alrededor del mundo. Esta situación es especialmente delicada en el contexto de la actual tensión geopolítica y los conflictos regionales que involucran a ambas naciones.
Acusaciones entre Rusia y Estados Unidos
Donald Trump, durante su presidencia en 2018, acusó a Rusia de violar el Tratado INF al desarrollar el misil de crucero 9М729, que supuestamente superaba el alcance permitido de 500 kilómetros. Esta acusación fue el pretexto utilizado por Estados Unidos para retirarse formalmente del tratado al año siguiente. Rusia, por su parte, refutó estas alegaciones y argumentó que el misil alcanzaba solamente 480 kilómetros, mientras acusaba a Washington de instalar lanzaderas Mk-41 en Rumanía, lo cual también representaría una violación al acuerdo.
La escalada de acusaciones mutuas no se detuvo allí. Recientemente, Vladímir Putin señaló que Estados Unidos había utilizado misiles de corto y medio alcance en maniobras militares en Dinamarca. Esta acción, según Putin, justifica la necesidad de Rusia de reconsiderar su postura sobre la producción y despliegue de estos sistemas armamentísticos para asegurar su soberanía y seguridad nacional ante posibles amenazas.
La disolución del Tratado INF podría marcar el comienzo de una nueva era en la carrera armamentística global.
La respuesta estratégica de Rusia
Ante las acciones de Estados Unidos y la disolución del Tratado INF, Vladímir Putin ha anunciado que Rusia comenzará la producción de misiles de corto y medio alcance. Esta decisión se presenta como una medida estratégica para mantener el equilibrio de poder y garantizar la seguridad nacional. Putin especificó que la producción se centrará inicialmente en sistemas de choque basados en tierra, los cuales podrían desplegarse dependiendo de las circunstancias geopolíticas actuales.
El líder ruso también mencionó que Estados Unidos ha posicionado misiles en Filipinas, aumentando la tensión en la región del sureste asiático. Esta acción por parte de Estados Unidos podría influir en las decisiones futuras de Rusia respecto a dónde y cómo desplegar sus nuevos sistemas armamentísticos. La capacidad de respuesta rápida y adaptativa será clave para Rusia en este renovado escenario de competencia militar global.