Pogacar brilla con una facilidad asombrosa en el col de la Couillole, dejando atrás a sus competidores en este Tour de Francia. Sin apenas esfuerzo, el esloveno demuestra una superioridad incuestionable, asegurando su quinta victoria en la montaña. El equipo Soudal, liderado por Evenepoel, facilita la tarea con una estrategia impecable. Vingegaard, su némesis, no puede evitar que Pogacar le supere. ¿Quién puede detener al señor de las cumbres? ¡Nadie!
Pogacar gana con facilidad soberbia en el col de la Couillole
Con una facilidad apabullante y una soberbia que parecía innata, Tadej Pogacar se alzó con la victoria en el col de la Couillole durante el Tour de Francia. Este triunfo no solo refleja su dominio en el ciclismo actual, sino también su capacidad para conquistar las etapas más desafiantes con una gracia casi despreocupada.
El líder del UAE Team no mostró signo alguno de esfuerzo excesivo, manteniendo su energía y concentración a lo largo de una ruta que ha probado ser el talón de Aquiles para muchos otros. La victoria en esta etapa no fue solo un logro personal, sino un mensaje claro de su dominio en el Tour.
Domina sin esfuerzo
Desde el inicio de la etapa, era evidente la superioridad de Pogacar. Su posición como líder no solo era nominal, sino palpable en cada kilómetro del recorrido montañoso. Ascendiendo las cumbres con una facilidad que desmoralizaba a sus competidores, estableció un ritmo que pocos podían igualar.
El esloveno no solo dominó la montaña, sino también los corazones de los aficionados que observaban cómo manejaba su bicicleta con una precisión quirúrgica. Sin sudar excesivamente, Pogacar convirtió lo que para muchos era una batalla ardua en un paseo por las montañas, consolidando aún más su legado en el ciclismo.
El trabajo en equipo del Soudal
A lo largo de la etapa, el equipo Soudal, liderado por Remco Evenepoel, desempeñó un papel crítico al establecer un estrategia que inicialmente parecía beneficiar al joven belga. Con una serie de relevos calculados, el equipo intentó posicionar a Evenepoel para un posible triunfo. Sin embargo, esta táctica también preparó el escenario para que Pogacar hiciera su movimiento decisivo.
El trabajo de equipo de Soudal, aunque meticuloso y bien ejecutado, eventualmente jugó a favor de Pogacar. Su capacidad para aprovechar los momentos críticos, impulsado por las circunstancias creadas por sus rivales, demostró una vez más su astucia y experiencia en carreras de alta tensión.
La rivalidad con Vingegaard
La rivalidad entre Pogacar y Vingegaard se ha convertido en el corazón palpitante de este Tour.
Jonas Vingegaard, conocido como la némesis de Pogacar, no se quedó atrás fácilmente. La competencia entre ambos fue palpable, cada pedalada cargada con la intensidad de su rivalidad. Durante la carrera, Vingegaard intentó varias veces adelantar, forzando a Pogacar a responder con esprints estratégicos y poderosos.
A pesar de los esfuerzos de Vingegaard, fue Pogacar quien finalmente se adelantó en los últimos metros. La habilidad de Pogacar para esprintar en momentos cruciales no solo subraya su fortaleza física, sino también su agudeza mental y táctica, elementos clave que le han asegurado múltiples victorias en este y otros Tours.
Un récord histórico
Pogacar no solo busca ganar etapas, sino que también está en camino de romper un récord histórico. Con esta victoria, iguala a Laurent Fignon, quien en 1984 también dominó cinco etapas del Tour. Este logro no solo resalta la habilidad única de Pogacar, sino que también lo coloca en las páginas de la historia del ciclismo.
Al alcanzar este hito, Pogacar no solo se une a los grandes nombres del ciclismo, sino que también establece un nuevo estándar para las futuras generaciones. Sus cinco victorias en etapas distintas subrayan una era de dominio que podría no ser replicada por mucho tiempo, marcando un antes y un después en el Tour de Francia.
El protagonismo de Enric Mas y Richard Carapaz
Enric Mas, escapado desde el kilómetro 19, mostró un espíritu indomable. A pesar de no alcanzar la victoria, su actuación fue destacable, peleando con tenacidad hasta el final. Junto a él, Richard Carapaz aseguró el maillot de la montaña, un testimonio de su constancia y habilidad en los puertos más exigentes de este Tour.
Ambos ciclistas, Mas y Carapaz, protagonizaron momentos de brillantez durante la carrera. Su capacidad para mantenerse en la escapada, enfrentando cada desafío con determinación y coraje, no solo fue admirable sino también inspiradora para sus equipos y seguidores.
La relajación antes de la meta
Mientras se acercaba al final de la etapa, Pogacar se permitió un momento de ligereza. Al ver a su novia, Urska Zigart, se mostró relajado y contento, compartiendo bromas y disfrutando del ambiente. Este gesto reflejaba no solo su confort en liderato, sino también su habilidad para disfrutar del momento a pesar de la presión competitiva.
Este estado relajado fue evidente cuando, incluso en los últimos kilómetros, Pogacar manejaba su bicicleta con una soltura que parecía desafiar la gravedad de la situación. Su victoria final no fue solo el resultado de su fuerza física, sino también de su capacidad para mantener la calma y la concentración bajo presión.