La OMS ha vuelto a declarar la emergencia sanitaria internacional debido a la rápida expansión de la viruela del mono, ahora conocida como mpox. En lo que va del año, se han registrado 15,000 casos y 461 muertes, principalmente en la República Democrática del Congo. La situación es alarmante, especialmente porque una nueva variante parece ser más letal, afectando desproporcionadamente a niños y embarazadas. La respuesta internacional debe ser coordinada y urgente.
Expansión de la variante letal en África
La rápida expansión de una variante letal de la viruela del mono, conocida ahora como mpox, ha causado alarma en África, especialmente en el este de la República Democrática del Congo (RDC). Este brote ha afectado también a países vecinos como Uganda, Kenia y Ruanda, que anteriormente no habían reportado casos. Hasta la fecha, se han registrado 15.000 casos y 461 muertes, un incremento del 160% en comparación con el mismo periodo del año anterior.
Este brote no solo es notable por su magnitud, sino también por la rápida manera en que se está diseminando entre las comunidades. Los expertos están investigando intensamente, ya que se teme que la tasa de mortalidad de esta nueva variante sea del 3% entre los casos confirmados en África. Esta situación ha impulsado a los Centros Africanos para el Control y Prevención de Enfermedades a declarar la alerta en el continente por primera vez.
Impacto en poblaciones vulnerables
El impacto de esta enfermedad ha sido devastador especialmente entre las poblaciones vulnerables, incluyendo niños y embarazadas. En la RDC, los niños constituyen el 70% de los casos positivos, con un preocupante 62% de las muertes ocurriendo en menores de cinco años. Esta alta vulnerabilidad subraya la gravedad del brote y la urgencia de acciones dirigidas a proteger a estos grupos de alto riesgo.
Los sistemas de salud están siendo puestos a prueba no solo por la cantidad de casos, sino también por la severidad de estos. La OMS ha destacado que aunque la viruela del mono ha sido una enfermedad conocida por mucho tiempo, la virulencia de esta cepa y su impacto en poblaciones vulnerables es sin precedentes. La situación justifica una respuesta global urgente para mejorar la vigilancia y la respuesta de salud pública.
La coordinación internacional es vital para contener el brote y proteger las poblaciones más afectadas.
Respuesta internacional y desafíos
La declaración de emergencia sanitaria internacional por la OMS busca facilitar una mejor coordinación y una respuesta más ágil entre las naciones. Sin embargo, uno de los desafíos más significativos es la disponibilidad limitada de vacunas. Actualmente, hay medio millón de dosis en reserva y se espera producir 2,4 millones adicionales para finales de año, aunque se estima que se necesitan 10 millones de inyecciones solo en África.
Esta escasez ha llevado a la OMS a solicitar donaciones de países con reservas. Aunque el riesgo en Europa se considera muy bajo, las autoridades están trabajando estrechamente con sus socios en África para prevenir una mayor propagación y fortalecer la preparación ante futuras emergencias.
La colaboración global es imprescindible no solo para controlar este brote, sino para prepararse para futuros desafíos sanitarios.
