Las autoridades italianas han paralizado el barco de rescate de Médicos Sin Fronteras, el Geo Barents, tras su llegada al puerto de Salerno con 191 migrantes rescatados. La organización ha rechazado las acusaciones de no informar sobre cada operación de rescate. Esta medida ha suscitado fuertes críticas hacia la política migratoria del gobierno de Giorgia Meloni, destacando las dificultades y sanciones enfrentadas por las oenegés en el Mediterráneo.
La intervención en Salerno: detalles del rescate y las sanciones
El barco de rescate Geo Barents, operado por Médicos Sin Fronteras, atracó en el puerto de Salerno llevando a bordo a 191 migrantes rescatados del mar. Estos rescates se efectuaron durante cinco diferentes operaciones en aguas críticas. Sin embargo, las autoridades italianas decidieron imponer una multa y una inmovilización de 60 días al barco, bajo la acusación de no haber comunicado adecuadamente sobre las operaciones de salvamento a los órganos competentes.
Esta sanción ha sido descrita por la organización como una medida severa, que pone en pausa su capacidad de realizar futuras operaciones de rescate en el Mediterráneo Central. La falta de comunicación señalada se refiere específicamente a una de las cinco operaciones del 23 de agosto, durante la cual se encontró a un grupo numeroso de personas en peligro inminente, forzando a la tripulación a actuar con extrema urgencia para salvaguardar vidas.
La acusación contra el Geo Barents surge bajo un gobierno italiano con una política migratoria cada vez más restrictiva.
Reacciones y denuncia de Médicos Sin Fronteras
Luego de la detención del Geo Barents, Médicos Sin Fronteras no tardó en reaccionar, denunciando lo que consideran una política hostil hacia las organizaciones de rescate. El contexto político actual bajo la administración de Giorgia Meloni incluye reglas que limitan severamente la acción humanitaria en el mar, como la obligación de realizar únicamente un rescate antes de tener que dirigirse a un puerto asignado, frecuentemente distante.
MSF ha calificado estas acciones como excusas para frenar la labor humanitaria y dejar en desamparo a quienes buscan seguridad. La información que sustenta las acusaciones proviene, según MSF, de la Guardia Costera libia, entidad que ha sido criticada por la ONU por estar supuestamente involucrada en violaciones graves de derechos humanos. Esta situación subraya la complejidad y las tensiones inherentes a la gestión migratoria en aguas internacionales.
La situación migratoria en Italia: cifras y desafíos
Italia ha sido durante mucho tiempo uno de los principales puntos de entrada para migrantes que buscan llegar a Europa a través del Mediterráneo. En lo que va del año, más de 40,100 migrantes han llegado a las costas italianas. Este número, aunque significativo, es menor comparado con los 113,000 que se registraron en el mismo periodo del año anterior, según datos del Ministerio de Interior.
El centro de acogida de Lampedusa, un punto crítico en la crisis migratoria, ha estado frecuentemente sobrepasado, llegando a albergar hasta 900 migrantes recientemente, más del triple de su capacidad oficial. Estos números subrayan los continuos desafíos que enfrenta Italia en su gestión de la crisis migratoria, desafiando tanto recursos locales como políticas nacionales e internacionales.
