dulces con thc

Xavier Bautista

El peligro oculto tras el auge de los dulces con THC

La expansión de la repostería cannábica ha transformado el mercado. Ya no se trata solo de brownies caseros, sino de una variedad de comestibles con THC como gominolas y patatas fritas. Este auge ha despertado preocupaciones sobre el riesgo para la salud, especialmente debido a los derivados sintéticos del THC. En urgencias, los casos de intoxicación por THC aumentan, con síntomas que van desde náuseas hasta alteraciones psicóticas severas.

Incremento de la intoxicación por THC en alimentos

Intoxicación por THC ha sido una preocupación creciente, especialmente en el último año, donde se ha observado un notable incremento de casos en los servicios de urgencias. Los pacientes presentan desde náuseas y vómitos hasta severas alteraciones psicóticas, lo que alerta sobre el peligro de estos comestibles. La presencia de derivados sintéticos de THC, mucho más potentes que las formas naturales, eleva significativamente el riesgo de intoxicación.

El toxicólogo clínico Emilio Salgado del Hospital Clínic de Barcelona ha reportado estas incidencias, lo cual subraya la gravedad de la situación. La falta de regulación y el desconocimiento sobre los contenidos exactos de THC en estos productos complican aún más el panorama, poniendo a los consumidores en un riesgo aún mayor de sufrir efectos adversos graves.

La repostería cannábica puede parecer inofensiva, pero sus efectos pueden ser severamente perjudiciales para la salud.

El mercado y la legalidad de los dulces cannábicos

La comercialización de dulces con THC suele realizarse a través de canales de distribución no regulados como Telegram, donde los precios fluctúan entre 15 y 30 euros. Esta situación de alegalidad complica la implementación de controles sanitarios rigurosos, lo que representa un desafío significativo para las autoridades sanitarias y para la protección de la salud pública.

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Joan Ramon Villalbí, delegado del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, enfatiza la lentitud y la complejidad del proceso para clasificar nuevos cannabinoides sintéticos como estupefacientes. En respuesta, la Agencia de Salud Pública de Barcelona ha decidido intensificar las campañas de educación preventiva, dirigidas especialmente a jóvenes y padres, sobre los riesgos asociados al consumo de estos productos.

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