El estreno del Barça en la Lliga Catalana no estuvo exento de desafíos. Frente a un combativo MoraBanc Andorra, el equipo de Peñarroya demostró que, a pesar de las ausencias de Vesely y Fall, el talento de sus jugadores puede marcar la diferencia. Durante los momentos más críticos, Punter y Laprovittola se erigieron como las figuras clave que llevaron al equipo hacia la victoria. Con triples decisivos y una defensa implacable, el Barça logró imponerse y dejó claro que están listos para luchar por el título.
Un inicio complicado para el Barça
La temporada empezó con ciertos retos para el Barça, enfrentándose a un MoraBanc Andorra con una defensa sólida. Sin las presencias de Vesely y Fall, el quinteto titular tuvo que esforzarse para superar las dificultades iniciales, mostrando la calidad y resistencia de su plantilla en este primer encuentro de la Lliga Catalana.
El equipo rival no se lo puso fácil desde el comienzo, dominando durante los primeros minutos gracias a su estrategia defensiva. A pesar de estos obstáculos, la calidad intrínseca del conjunto azulgrana comenzó a brillar a medida que avanzaba el juego, prometiendo una temporada llena de emociones y desafíos.
La reacción de Punter y el dominio de Metu
Kevin Punter, el fichaje estrella, pronto comenzó a cambiar el ritmo del partido, utilizando su habilidad para abrir el marcador y colocar al Barça en una posición más favorable. El impacto físico de Metu también fue clave, dañando la estructura defensiva de Andorra y facilitando que su equipo ganase terreno.
El cierre del segundo parcial fue espectacular, con un triple sobre la bocina de Brizuela que consolidó la ventaja azulgrana, dejando el marcador en 43-31. Este momento fue un claro indicativo del potencial ofensivo del Barça, que empezaba a sentirse más cómodo en la cancha.
El mago argentino, Laprovittola, fue clave para desarticular la defensa andorrana y asegurar la victoria para el Barça.
Liderazgo de Laprovittola en la segunda mitad
Tras el descanso, Laprovittola tomó las riendas, marcando tres triples consecutivos que electrizaron el pabellón y desmoralizaron al equipo rival. Este despliegue de talento fue un punto de inflexión, impulsando al Barça a recuperar el control total del juego.
El entrenador Peñarroya no dejó nada al azar y, ante una breve reacción andorrana, solicitó un tiempo muerto. Lejos de criticar, usó este momento para recalibrar y motivar a su equipo, que respondió con intensidad renovada, asegurando mantener la ventaja hasta el final del partido.
