Con la llegada del verano y sus altas temperaturas, mantenerse activo puede parecer un desafío. Sin embargo, es posible disfrutar de una actividad física segura incluso en esta estación calurosa. Los expertos recomiendan tomar ciertas precauciones necesarias para evitar riesgos asociados al calor excesivo. Elegir las horas adecuadas, utilizar ropa y equipamiento apropiados, y prestar atención a la hidratación y alimentación son claves para un ejercicio saludable. Ignorar estos consejos podría resultar en problemas como el golpe de calor.
Elige las horas adecuadas para ejercitarte
Ejercicio matutino entre las seis y las diez de la mañana o al final de la tarde, a partir de las ocho, es altamente recomendable para evitar las altas temperaturas. Durante estas franjas horarias, el clima suele ser más fresco, lo que disminuye el riesgo de problemas relacionados con el calor.
Si se prefiere un ambiente controlado, realizar actividad física en un espacio cerrado y climatizado es una opción viable en cualquier hora del día. Esto permite mantener una rutina de ejercicio saludable sin preocuparse por las condiciones externas.
Ropa y equipamiento adecuados
La selección de una vestimenta ligera, de colores claros y ropa transpirable es vital durante el verano. Estos materiales ayudan a mantener el cuerpo fresco y permiten la evaporación del sudor, reduciendo el riesgo de sobrecalentamiento.
Además, es esencial utilizar un calzado deportivo que sea cómodo y transpirable, junto con una gorra o sombrero. Estos complementos son cruciales para protegerse del sol directo y evitar golpes de calor mientras se realiza actividad física al aire libre.
Importancia de la hidratación y alimentación
Beber unos 200 mililitros de agua cada 15 o 20 minutos durante el ejercicio es una práctica recomendada para mantener una hidratación adecuada.
La hidratación adecuada es clave, especialmente antes, durante y después del ejercicio. Esto ayuda a regular la temperatura corporal y a reponer los líquidos perdidos a través del sudor. La alimentación equilibrada también juega un papel importante, con alimentos ricos en hidratos de carbono y proteínas para recuperar energías y reparar tejidos.
Mantener un equilibrio en la nutrición antes y después del ejercicio contribuye a una mejor performance y recuperación. Se sugiere consumir hidratos de carbono de lenta absorción antes del ejercicio y una combinación de hidratos de carbono de rápida absorción con proteínas después, para optimizar los resultados del entrenamiento.
Reconoce los síntomas de alerta
Es fundamental estar atento a síntomas de alerta como mareos, náuseas o un cansancio inusual. Estos pueden ser indicativos de un golpe de calor, una condición que requiere atención médica inmediata para evitar consecuencias graves.
Escuchar al cuerpo y detener la actividad física ante cualquier signo de malestar es vital para preservar la salud durante el ejercicio. La prevención y la prudencia son tus mejores aliados para disfrutar de un verano activo y seguro.
