El asalto al Parlamento de Kenia por manifestantes en contra de la nueva ley de impuestos ha sumido al país en una espiral de caos. Las protestas en Kenia, lideradas por jóvenes indignados, se han cobrado la vida de al menos 17 personas debido a la violenta represión policial. En Nairobi, epicentro de la crisis, la situación es alarmante y la indignación popular crece a medida que el gobierno de Ruto despliega el Ejército para controlar la situación. ¡El país está al borde del abismo!
El origen de las protestas: la polémica ley de impuestos
La nueva ley de impuestos ha encendido la chispa en Kenia, con una serie de subidas de impuestos propuestas para 2024, que incluyen un gravamen del 16 % al pan y un 2,5 % a los vehículos de motor. Estas medidas han provocado una fuerte reacción, especialmente entre los jóvenes manifestantes, quienes han liderado las manifestaciones en Kenia, calificándolas de medidas que empujan a la población hacia una mayor pobreza.
El proyecto de ley, que fue votado de manera preliminar con 195 votos a favor y 106 en contra, ha sido el detonante de múltiples movilizaciones. Se espera que esta legislación aumente los ingresos fiscales en 2.700 millones de dólares, aunque a costa de un mayor endeudamiento y déficit presupuestario, lo que ha intensificado la indignación popular y la percepción de una desconexión entre los políticos y la ciudadanía.
La respuesta del gobierno y la intervención policial
El presidente William Ruto y el gobierno de Kenia han respondido con una mano dura a las protestas. La intervención policial se intensificó rápidamente, con el despliegue del Ejército para manejar lo que se denominó una «emergencia de seguridad». Esta respuesta incluyó el uso de gases lacrimógenos y cañones de agua, y, en algunos puntos, se recurrió al uso de munición real para dispersar a los manifestantes.
Ruto condenó el asalto al Parlamento como un «ataque sin precedentes» a la democracia del país y ordenó incrementar las medidas de seguridad. Esta decisión no solo pretende proteger las instituciones, sino también, según declaraciones del gobierno, prevenir que «elementos criminales» socaven la estabilidad y seguridad nacional. La situación ha llevado a un cierre parcial de internet desde la tarde del martes, dificultando la comunicación dentro del país.
Impacto en la sociedad: muertos y heridos durante las protestas
La escalada de violencia callejera ha tenido consecuencias devastadoras. Hasta ahora, se reportan al menos 17 muertos y cientos de heridos en protestas, con Nairobi como el epicentro de los enfrentamientos más severos. Las fuerzas de seguridad han sido acusadas de una represión policial brutal, que ha incluido disparos directos a los manifestantes, elevando las críticas por violaciones de los derechos humanos.
Estos eventos han profundizado la crisis en Kenia, con hospitales reportando un aumento en el número de personas que requieren atención médica urgente debido a las lesiones sufridas. La comunidad internacional ha observado con preocupación, calificando los hechos de represión violenta y excesiva contra ciudadanos que inicialmente buscaban expresar su descontento de manera pacífica.
Reacciones internacionales y postura de la oposición
Varias embajadas occidentales, incluyendo las de Estados Unidos, Reino Unido y Alemania, han expresado estar “conmocionadas” por la violencia desplegada contra los manifestantes. Estos países han recordado que la Constitución de Kenia garantiza el derecho a la protesta pacífica y han pedido moderación a todas las partes involucradas. El líder de la oposición, Raila Odinga, ha sido crítico, acusando al gobierno de utilizar la «fuerza bruta» contra los manifestantes.
Odinga, que dirige la coalición Azimio la Umoja, ha pedido detener el controvertido proyecto de ley, advirtiendo que la persistencia de estas medidas solo continuará alimentando el ciclo de violencia. Su posición ha resonado entre muchos kenianos que sienten que sus voces son ignoradas en el debate fiscal que afecta directamente sus vidas.
El papel de la generación Z y las redes sociales en las movilizaciones
A diferencia de protestas anteriores en Kenia, las actuales han sido convocadas y organizadas mayoritariamente por la generación Z. Utilizando plataformas como TikTok, X e Instagram, estos jóvenes han logrado coordinar y movilizar a miles sin la necesidad de estructuras tradicionales. Esta nueva ola de activismo digital subraya el cambio en la dinámica de las protestas en el país.
Las redes sociales han jugado un papel fundamental, no solo en la convocatoria sino también en la documentación de los eventos, ofreciendo una narrativa en tiempo real que es difícil de censurar. Incluso con los cortes parciales de internet, los jóvenes han encontrado maneras innovadoras para seguir comunicando lo que sucede en las calles, manteniendo así la atención tanto nacional como internacional sobre sus demandas.