El reciente bombardeo israelí en Rafah, al sur de la Franja de Gaza, ha dejado un saldo trágico de 11 muertos y 30 heridos. Mientras los cuerpos eran trasladados al Hospital Europeo de Jan Yunis, la Oficina del Primer Ministro, Beniamin Netanyahu, dejó claro que los combates continuarían «según lo planeado». Las infraestructuras destruidas y las numerosas víctimas civiles subrayan la gravedad de la situación.
Impacto humanitario en Gaza
El reciente bombardeo israelí no solo ha causado una devastadora pérdida de vidas en Rafah, sino también un severo deterioro en las infraestructuras de la región. Según informes, más del 70% de las estructuras han sido destruidas, lo que complica aún más la entrega de ayuda humanitaria. El Ministerio de Sanidad ha reportado que cerca de 37.400 palestinos han muerto y más de 85.500 han resultado heridos desde el inicio de la guerra, con un alarmante número de mujeres y niños entre las víctimas.
La situación se agrava dado que aproximadamente 10.000 cuerpos aún yacen bajo los escombros. La inaccesibilidad de las zonas afectadas impide que las ambulancias y los equipos de rescate realicen su labor esencial. Esta trágica circunstancia subraya la crítica necesidad de intervenciones internacionales para facilitar los esfuerzos de recuperación y asistencia en la desolada franja de Gaza.
Desde el inicio de la guerra, cerca de 37.400 palestinos han muerto y más de 85.500 han resultado heridos en la franja de Gaza por los ataques de Israel.
Reacciones y contexto político
Tras el ataque, la Oficina del Primer Ministro israelí, liderada por Beniamin Netanyahu, declaró que los combates en Rafah se retomarían según lo previsto. Esta decisión surge a pesar de la breve pausa táctica anunciada por el ejército, que había generado una ventana temporal para el paso seguro de ayuda humanitaria. Netanyahu calificó esta pausa como “inaceptable”, consolidando así la postura de firmeza militar de Israel en el conflicto.
La escalada de violencia en el contexto del conflicto israelo-palestino sigue generando preocupación internacional. Mientras tanto, los ciudadanos de Gaza enfrentan una realidad de incertidumbre y desesperación. La comunidad internacional observa atentamente, esperando que las negociaciones conduzcan a una solución pacífica que ponga fin al derramamiento de sangre y permita reconstruir las vidas y hogares de miles de afectados.