Carlos Alcaraz ha demostrado una vez más su valía en los Juegos Olímpicos al derrotar al neerlandés Tallon Griekspoor. Con un primer set impecable, donde exhibió su derecho potente y su famosa dejada de seda, el murciano se llevó el parcial por 6-1. Sin embargo, el segundo set fue una historia diferente, lleno de tensión y esfuerzo. Alcaraz tuvo que sobreponerse a un vendaje en el muslo y salvar una bola de set antes de imponerse en la muerte súbita. Una victoria que lo coloca en los octavos de final.
Un primer set impecable de Alcaraz
La primera manga del partido mostró un dominio absoluto de Carlos Alcaraz. Desde el inicio, el jugador murciano desplegó un tenis de alta calidad frente a Tallon Griekspoor, marcando rápidamente la diferencia en el marcador. Con un derecho potente que no dejaba respuesta y una dejada de seda que cruzaba suavemente la red, Alcaraz sumaba puntos decisivos. Además, su habilidad para lanzar globitos en formato caviar dejaba al neerlandés sin opciones, culminando el set con un contundente 6-1 en apenas 29 minutos.
Esta exhibición en la cancha no solo reflejaba la técnica superior de Alcaraz, sino también su preparación mental para los enfrentamientos importantes. La confianza del español se palpaba en cada golpe, consolidando su reputación como uno de los talentos más prometedores del tenis actual. Sin duda, este inicio fulgurante era un presagio de lo que Carlos podría lograr en los próximos enfrentamientos de los Juegos Olímpicos.
Carlos Alcaraz demuestra una vez más que puede superar cualquier adversidad en la cancha.
Segunda manga con tensión y esfuerzo
El segundo set presentó un escenario más complicado para Alcaraz. Griekspoor elevó su nivel de juego, obligando al español a luchar por cada punto. La tensión crecía mientras Alcaraz debía aplicarse un vendaje en el muslo, una pausa que utilizó para recuperar no solo físicamente sino también estratégicamente. A su regreso, la batalla continuó igualada hasta llegar a un set apretado, donde ambos jugadores tuvieron oportunidades de inclinar la balanza a su favor.
Con el marcador en contra 5-4, Alcaraz salvó una bola de set en la red, demostrando una vez más su capacidad para mantener la calma bajo presión. Esta habilidad fue decisiva durante la muerte súbita, donde su aplomo le permitió dominar y cerrar el set con un 7-6 (3). Esta victoria en momentos críticos no solo aseguró su avance a octavos de final, sino que también reafirmó su posición como un competidor formidable en el torneo.