Mente sana en cuerpo sano, ya sabes

Ahora que estamos en pleno auge de la metrosexualidad, eso de practicar deporte se ha convertido en una moda; y es que mola mucho decir que vas al gimnasio y haces esta o aquella actividad, te da un aire moderno que te cagas. Entre esto, y que el imperio de la estética y del aspecto físico ha instaurado una verdadera dictadura en nuestra sociedad, no hay nadie que no quiera contar al mundo entero que es un deportista que te cagas.

Pero fuera de esto, y ya bromas aparte, el deporte es algo que todo el mundo debería plantearse practicar de forma moderada; el hacerte adicto a él, o el practicarlo de forma profesional, eso ya va en el gusto de cada uno. Tener una vida activa es importante para la salud, y practicar un tipo determinado de disciplina hace que esa actividad sea entretenida y, por qué no, una forma de activar nuestro sentido de la competición, lo que psicológicamente hablando es algo muy bueno también para nuestra mente (ya sabes, sólo me remito al título del post).

Y ya sea por una razón o por otra, no olvidemos que ya en la antigüedad nuestros antepasados se debieron dar cuenta de ello, porque el deporte es uno de los entretenimientos más longevos de todos los tiempos. De hecho, los que lo practicaban eran muy respetados, e incluso algunos era casi ascendido a la categoría de dioses, en tanta estima se los tenía. Se convertían en héroes del pueblo y un ejemplo a seguir, y aunque algunos eran versados en actividades tan controvertidas como matar (dígase luchadores o gladiadores), intentaban dar la visión de que las practicaban con honor, siguiendo unas reglas seguidas por todos y que los diferenciaba claramente de personas con instintos salvajes que encontraban en la muerte cierta satisfacción insana.

Hagamos pues caso a los ancestros, que en estas cosas eran verdaderos maestros o la raza humana se habría extinguido hace tiempo. Mantengamos nuestros cuerpos activos y no dejemos que algo tan saludable y tan enriquecedor como practicar deporte quede en el olvido. Debemos inculcarlo en los jóvenes, pues es una muy buena manera de gastar su energía inagotable en esas edades; y animemos a nuestros mayores a realizarlo, pues los hará sentir con mucha menos edad al verse activos y capaces en su día a día. Y en la gente de media edad… bueno, pues ya se sabe que lo mejor es buscar el equilibrio, así que practícalo por ambas razones.